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viernes, 29 de octubre de 2010

Cuento: INICIO (primera mención honrosa)





INICIO

Me fui a negro, no tuve idea de nada… y como gran epifanía de verano. Al abrir un ojo, mientras iba en la ambulancia, veo a la vieja de historia con una cara de entre estar chupando limones y angustia, lo único que supe después es que me comí un pelotazo del equipo de rugby, que estaba en prácticas a esa hora

Igual debo admitir que el golpe me llegó por obra y gracia, porque eso de estar leyendo una porno gay y cuarteando a los jugadores no le pasa a cualquiera. En fin, yeso y cuatro puntos en la nariz. Más tarde, mientras recibía trato V.I.P en mi casa, me llama pidiendo disculpas el capitán del equipo, que por cierto tiene un cuero, uf!… pero bueno. Me decía; no te vi, que no fue mi intención y un cientos de disculpas más, si hasta prometió compensarme, mi mente voló con semejante frase. Cómo lo pretenderá hacer?... De qué tipo de compensación estamos hablando?... será en carne?


Después de tres días pude ir al cole, cosa que no me hacía ninguna gracia. Parecía mapache, todo amoratado alrededor de los ojos, con ese yeso weón que me pesaba sobre la nariz y como guinda de la torta con tapones, lo que me obligaba a respirar por la boca ofreciendo la maravillosa ilusión de sinusítico. Ese día me paseé buscando al causante de mi arrebatador look. Me tenía intrigado eso de “la compensación”
Ya saliendo de clases alguien me tocó el hombro.
-          Hola, veo ya estas mejor!
-          Si profe, gracias y gracias también por acompañarme a la clínica ese día.
-          De nada… cualquier cosa, me dices y listo… ah! Te dejo, llegó mi marido, hasta mañana.
-          Hasta mañana
Simpática la “Señora Pochi”, no cabe duda que es igualita. Dicen que trabaja pa’ no aburrirse, que su marido es jefe de cardiología, que está siempre sola en la sala de profesores, y que a su edad, comentan los más osados… es ninfómana y le gustan los pendex. Mientras imaginaba su vida sexual y buscaba entre los que salían a “mi capitán de rugby” un bocinazo me despertó, era mi vieja que me venía a buscar… que lata! sinónimo de derechito pa´la casa. Justo antes de subir al auto, echo una última miradita. En una de esas lo diviso y nos hacemos señas, pero nada… ya será mañana jueves


Jueves, 10:00 am. Hora libre… nada que hacer, salvo ir con los compipas de siempre al final del patio donde hay unos arbustos a fumarse un par de cuetes… eso hasta que el cara de flauta haciendo su ronda no nos pille y mande a inspectoría. Ya finalizada la ceremonia de paz nos fuimos a taconear, cagados de la risa, con pastillas de menta al kiosco, pa´pasar piola… y fue ahí, que sin querer lo veo, más rico que nunca, con el pelito mojado y todo chascón… no sé si sería efecto del pito, pero hasta hoy tengo la impresión de que en ese minuto tuve un mariconattack. En fin tímidamente y conservando la compostura me acerqué a el.
-          Hola
-          Hola, ¿cómo estay? Qué paja te pusieron yeso!
-          ¿Esto?, dije. mientras señalaba lo evidente y me esforzaba en poner una voz destemplada para no parecer hiperventilado, No es nada. cosa poca, sólo un par semanas y me lo sacan…
-          Ah, bakán, ¿un kapo?
Nos  sentamos en la escalera que daba al patio, conversando de todo un poco, pelamos profes, compañeros y hasta la tía del kiosco salió al baile… pero de “la compensación” no hablamos.
-          Que lata, sonó el timbre y ahora tengo física. soy pésimo pa’eso! Dije mintiendo
-          Y yo gimnasia… ¿Si quieres un día nos juntamos a estudiar?

En ese momento solo atiné asentar con la cabeza, no pensé en nada, estaba totalmente en blanco, me sentí torpe parado ahí con el juguito en la mano, en look de mapache y en mute. Cosa rara porque generalmente hablo hasta por los codos y  que él me ofreciera ayuda era alucinante
-          ¡Nos juntamos en la salida, aquí en el kiosko! Grito mientras trotaba de espaldas al gimnasio

Me acompañó hasta mi casa…


Por fin saltó la liebre. Una tarde de sábado mientras incursionaba en explorar mi cuerpo, tirado en la cama en puros calzoncillos y camiseta, escuchando a los gun´s y dándole el bajón al último pito que tenía fondeado, aparece Rodrigo “mi capitán de rugby” invitándome al cine. Groso panorama… ¡onda cita! pensé...
Entonces me tiré con la pregunta del dispara usted o disparo yo
-            Te acordai que dijiste me compensarías, después del pelotazo que me diste? Dije cagándome de la risa
-            No…
Plop! Quedé tirado como condorito, o sea ¿estuve cuatro meses como los giles pasándome ene rollos pa´que este brea no se acordara?
-            …pero…  no sé; Si quieres dejamos esta salida como disculpa
-            Me tinca. Ni pajarón me la pierdo, además eso de pasar el día en la casa y viendo sábados gigantes, nica.
Ya en el cine y con las cabritas compradas, entró en disputa qué ver, Aladín o el guardaespaldas, por mi estaba claro, Si ya hasta me había comprado el cassette de la banda sonora
Una vez dentro y con el tema “queen of the night” tocando de fondo. Yo estaba al borde de colapsar en un nuevo arranque de plumas multicolores. Así que siguiendo los compases de la música rosé mi mano con la de él, pero algo paso… respondió.
Me quiso dar taquicardia, sentía el corazón atravesado en la garganta. Súper frío, y así nos quedamos intercambiando una que otra miradita de reojo y con los meñiques entrelazados
Salimos del cine cerca de las 20:00 hrs. Compramos unos danky y planeamos ir caminando hasta mi casa, por lo menos es una peregrinada de cincuenta cuadras. Pa’na rico y mucho menos cuando se es tan pajero como yo para caminar, tomamos Pinto que nos conducía directo al parque Ecuador y de ahí tomaríamos Pedro de Valdivia
Pero fue en el parque que pasó. Me puso una mano en el hombro y con mirada seria me dio un beso
Mi primer beso…
Mierda... ¿Qué se hace?, ¿me quedo callado?,  ¿le doy otro? O ¿me hago el ofendido? Pero hacerme el ofendido como que no cuadraba… y Rodrigo ahí, con cara de pollo asustado
-            Te gustó? Preguntó
-            Puchas, no sé…
Weón cínico, si desde que nos conocemos lo único que quiero es estar con él, abrazarlo, No por nada me mamé cuando partido hubo pa’verlo y esperarlo a la salida para irnos juntos… eso si, debo confesar que esperaba por último música de fondo al momento del beso, onda “hotel california” de Eagles. Por último. Pero nada, muy por el contrario estaba cagadísimo de frío, pero bueno. Nadie me mandó a salir de cortos ese  día
-            Y a ti… te gustó? le pregunté
-            Sí.  Y te quiero dar otro
Otro… ojalá esta vez sea bueno y no tan baboseado, pensé


Finalmente y a modo de raya pa’la suma, ya han pasado dos meses desde el primer beso y de amigos pasamos a ser “amigos” con besitos, abrazos a escondidas y claro con mejores besos que la primera vez.




 LaDiva



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