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sábado, 30 de octubre de 2010

LA CASA cuento presentado al Concurso


LA CASA
    por Lorena Díaz Meza

            Si no fuera por la casa, ya nada sabríamos el uno del otro; es ella la que aun nos une, negándose a ser parte de este fracaso. No recuerdo exáctamente el momento en que dio un vuelco y solo quedaron estas paredes protegiendo el vacío que hemos formado. A veces me da la sensación de que fue la casa la que se negó a que cada uno partiera por su propio camino y siento, no sólo cuando llego y tu no estás sino, cada vez que guardo silencio, que este lugar que un día repletamos de sueños y metas, disputara con mi corazón lo que es o no correcto hacer.
            ¿En qué momento nos volvimos dos desconocidos?  Si hasta yo me desconozco cuando estoy a tu lado, Antonio. Muchas veces he querido escapar de todo esto, pero en el fondo me da pena, y quizás cierta cobardía, el dejar la casa; es ella lo único que nos queda para recordar que un día fuimos felices juntos y para recordar también que los cuentos de hadas están en peligro de extinsión.  ¿Por qué no te fuiste una de esas tantas veces en que amenzaste con desaparecer? ¿Por qué no arranqué cuando aún quedaba tiempo? Ahora es tarde. Siento que este lugar nos atrapó y no nos dejará salir tan fácilmente. Nos secuestró, nos apresó.
            Son tres años Antonio, tres años desde que comenzamos a bajar la cuesta; primero fueron las palabras desabridas que nos atropellaban a la pasada, luegos tus llegadas a la hora en que el reloj ya no marcaba el tiempo, tu falta de apetito cuando te esperaba a almorzar o los viajes. Al principio te busqué por todos esos países donde partías con tus obras de arte a la espalda, y creo haber llorado en más de una oportunidad por un intento de conversación fallido. Pero después reconozco que también me di por vencida y dejé que el amor que sentía se escapara como el tuyo. ¿Acaso nuestras diferencias no permitieron que lográramos complementarnos? Tu con el arte, la libertad y las miradas filosóficas ante la vida, mientras yo buscaba en la ciencia y en la tierra lo que iba extraviando. Quizás faltó un hijo que nos uniera, quizás nos sobró independencia y libertad. No lo sé Antonio, pero hoy somos un vacío dividido en dos.
            La casa que antes nos fue espaciosa, ahora se me volvió pequeña para los dos; trato de no encontrame contigo cuando nuestros descansos coinciden, pero estas paredes traidoras se reacomodan cada vez que nos sientes cerca, para hacernos topar de vez en cuando. Entonces me entristece mirarte y darme cuenta que no tenemos nada de qué hablar, que se borraron las palabras, los gestos, las sensaciones, que así como yo olvidé tu cuerpo desnudo, tú perdiste la colonización de mi calor.
            Si no fuera por la casa Antonio, tu podrías traer a aquella mujer que ahora tienes, y cultivar con ella lo que en nosotros no se logró por falta de abono. Sé que deseas partir y formar tu vida a su lado, dejando los temores infantiles a los amores ocultos. Y yo, yo Antonio intentaría darme una nueva oportunidad con un compañero de trabajo que, de un tiempo a esta parte, he comenzado a mirar con una meta distinta. Pero esta casa desamparada se aferró a nosotros y a nuestros diez años de matrimonio, a sus paredes teñidas por nuestras manos, a nuestros pasos por sus habitaciones entre besos y caricias. Se aferró a nosotros por que no tiene un caserón con quien disgustarse ni de quien arrancar.
            ¿Qué pasó con la venta Antonio? Y es que nadie nos quiere comprar esta casa, pese a los murales que tu plasmaste, pese al hermoso jardín que yo mantuve y al Feng Shui que aplicamos alguna vez para que las buenas energías nos inundaran. Nadie, nadie quiere comprar nuestras ruinas, nuestro recuerdo. Si tan solo la compraran, al valor que fuera, tu podrías tener dinero para tu viaje, sin retorno, y yo podría arrendar algún sitio y salir de este capricho.
            Pero estamos solos en este mundo. Estamos solos Antonio y nadie quiere comprar la casa, nadie quiere darnos una nueva oportunidad, ¿Y si la arrendamos? Pero no nos alcanzaría la repartición ni para movernos. Si tan solo hubiesemos guardado un peso, uno solo, pero me contagiaste de tu Carpe Diem y hoy estoy igual a ti. De manos cruzadas. Estamos atrapados, tu en la pieza de invitados y yo en la de un posible hijo que no llegó. Camas separadas, habitaciones distintas, mundos aparte. Hace dos años y medio que fuimos desterrados de la pieza matrimonial, y aunque hoy ya no estamos castigados por nuestros miedos y podemos volver allí cuando queramos, ninguno lo hace. Es como si un muerto habitara ese cuarto, un muerto al que nosotros le quitamos la vida y tememos ser descubiertos.
            Escapemos Antonio, aunque sea el último intento que realizamos juntos. Escapemos. Escapemos para no vernos más la cara y terminar de borrar huellas. Escapemos aunque no tengamos donde ir, pero escapemos. Así podremos rehacernos nuevamente.
            Antonio, ya pasó la tormenta destruyendo todo, y no es tu culpa por dejarme de querer, no es mi culpa por mirarte como a un desconocido, no es culpa de quienes conviven en nuestra intimidad. Es culpa de la mala suerte en la ubicación de nuestra residencia, es culpa de la cama que te hace sentir frío, es culpa de los servicios que quedaron puestos sobre la mesa, es culpa de los dos televisores encendidos a la misma vez, es culpa de las fotos en la pared, de que haya una una sola ducha para las mañanas, de las paredes que juegan a cambiarse de sitio para que me espíes cuando duermo, para que te busque cuando siento tu voz. Es culpa de la casa. 

viernes, 29 de octubre de 2010

Cuento: INICIO (primera mención honrosa)





INICIO

Me fui a negro, no tuve idea de nada… y como gran epifanía de verano. Al abrir un ojo, mientras iba en la ambulancia, veo a la vieja de historia con una cara de entre estar chupando limones y angustia, lo único que supe después es que me comí un pelotazo del equipo de rugby, que estaba en prácticas a esa hora

Igual debo admitir que el golpe me llegó por obra y gracia, porque eso de estar leyendo una porno gay y cuarteando a los jugadores no le pasa a cualquiera. En fin, yeso y cuatro puntos en la nariz. Más tarde, mientras recibía trato V.I.P en mi casa, me llama pidiendo disculpas el capitán del equipo, que por cierto tiene un cuero, uf!… pero bueno. Me decía; no te vi, que no fue mi intención y un cientos de disculpas más, si hasta prometió compensarme, mi mente voló con semejante frase. Cómo lo pretenderá hacer?... De qué tipo de compensación estamos hablando?... será en carne?


Después de tres días pude ir al cole, cosa que no me hacía ninguna gracia. Parecía mapache, todo amoratado alrededor de los ojos, con ese yeso weón que me pesaba sobre la nariz y como guinda de la torta con tapones, lo que me obligaba a respirar por la boca ofreciendo la maravillosa ilusión de sinusítico. Ese día me paseé buscando al causante de mi arrebatador look. Me tenía intrigado eso de “la compensación”
Ya saliendo de clases alguien me tocó el hombro.
-          Hola, veo ya estas mejor!
-          Si profe, gracias y gracias también por acompañarme a la clínica ese día.
-          De nada… cualquier cosa, me dices y listo… ah! Te dejo, llegó mi marido, hasta mañana.
-          Hasta mañana
Simpática la “Señora Pochi”, no cabe duda que es igualita. Dicen que trabaja pa’ no aburrirse, que su marido es jefe de cardiología, que está siempre sola en la sala de profesores, y que a su edad, comentan los más osados… es ninfómana y le gustan los pendex. Mientras imaginaba su vida sexual y buscaba entre los que salían a “mi capitán de rugby” un bocinazo me despertó, era mi vieja que me venía a buscar… que lata! sinónimo de derechito pa´la casa. Justo antes de subir al auto, echo una última miradita. En una de esas lo diviso y nos hacemos señas, pero nada… ya será mañana jueves


Jueves, 10:00 am. Hora libre… nada que hacer, salvo ir con los compipas de siempre al final del patio donde hay unos arbustos a fumarse un par de cuetes… eso hasta que el cara de flauta haciendo su ronda no nos pille y mande a inspectoría. Ya finalizada la ceremonia de paz nos fuimos a taconear, cagados de la risa, con pastillas de menta al kiosco, pa´pasar piola… y fue ahí, que sin querer lo veo, más rico que nunca, con el pelito mojado y todo chascón… no sé si sería efecto del pito, pero hasta hoy tengo la impresión de que en ese minuto tuve un mariconattack. En fin tímidamente y conservando la compostura me acerqué a el.
-          Hola
-          Hola, ¿cómo estay? Qué paja te pusieron yeso!
-          ¿Esto?, dije. mientras señalaba lo evidente y me esforzaba en poner una voz destemplada para no parecer hiperventilado, No es nada. cosa poca, sólo un par semanas y me lo sacan…
-          Ah, bakán, ¿un kapo?
Nos  sentamos en la escalera que daba al patio, conversando de todo un poco, pelamos profes, compañeros y hasta la tía del kiosco salió al baile… pero de “la compensación” no hablamos.
-          Que lata, sonó el timbre y ahora tengo física. soy pésimo pa’eso! Dije mintiendo
-          Y yo gimnasia… ¿Si quieres un día nos juntamos a estudiar?

En ese momento solo atiné asentar con la cabeza, no pensé en nada, estaba totalmente en blanco, me sentí torpe parado ahí con el juguito en la mano, en look de mapache y en mute. Cosa rara porque generalmente hablo hasta por los codos y  que él me ofreciera ayuda era alucinante
-          ¡Nos juntamos en la salida, aquí en el kiosko! Grito mientras trotaba de espaldas al gimnasio

Me acompañó hasta mi casa…


Por fin saltó la liebre. Una tarde de sábado mientras incursionaba en explorar mi cuerpo, tirado en la cama en puros calzoncillos y camiseta, escuchando a los gun´s y dándole el bajón al último pito que tenía fondeado, aparece Rodrigo “mi capitán de rugby” invitándome al cine. Groso panorama… ¡onda cita! pensé...
Entonces me tiré con la pregunta del dispara usted o disparo yo
-            Te acordai que dijiste me compensarías, después del pelotazo que me diste? Dije cagándome de la risa
-            No…
Plop! Quedé tirado como condorito, o sea ¿estuve cuatro meses como los giles pasándome ene rollos pa´que este brea no se acordara?
-            …pero…  no sé; Si quieres dejamos esta salida como disculpa
-            Me tinca. Ni pajarón me la pierdo, además eso de pasar el día en la casa y viendo sábados gigantes, nica.
Ya en el cine y con las cabritas compradas, entró en disputa qué ver, Aladín o el guardaespaldas, por mi estaba claro, Si ya hasta me había comprado el cassette de la banda sonora
Una vez dentro y con el tema “queen of the night” tocando de fondo. Yo estaba al borde de colapsar en un nuevo arranque de plumas multicolores. Así que siguiendo los compases de la música rosé mi mano con la de él, pero algo paso… respondió.
Me quiso dar taquicardia, sentía el corazón atravesado en la garganta. Súper frío, y así nos quedamos intercambiando una que otra miradita de reojo y con los meñiques entrelazados
Salimos del cine cerca de las 20:00 hrs. Compramos unos danky y planeamos ir caminando hasta mi casa, por lo menos es una peregrinada de cincuenta cuadras. Pa’na rico y mucho menos cuando se es tan pajero como yo para caminar, tomamos Pinto que nos conducía directo al parque Ecuador y de ahí tomaríamos Pedro de Valdivia
Pero fue en el parque que pasó. Me puso una mano en el hombro y con mirada seria me dio un beso
Mi primer beso…
Mierda... ¿Qué se hace?, ¿me quedo callado?,  ¿le doy otro? O ¿me hago el ofendido? Pero hacerme el ofendido como que no cuadraba… y Rodrigo ahí, con cara de pollo asustado
-            Te gustó? Preguntó
-            Puchas, no sé…
Weón cínico, si desde que nos conocemos lo único que quiero es estar con él, abrazarlo, No por nada me mamé cuando partido hubo pa’verlo y esperarlo a la salida para irnos juntos… eso si, debo confesar que esperaba por último música de fondo al momento del beso, onda “hotel california” de Eagles. Por último. Pero nada, muy por el contrario estaba cagadísimo de frío, pero bueno. Nadie me mandó a salir de cortos ese  día
-            Y a ti… te gustó? le pregunté
-            Sí.  Y te quiero dar otro
Otro… ojalá esta vez sea bueno y no tan baboseado, pensé


Finalmente y a modo de raya pa’la suma, ya han pasado dos meses desde el primer beso y de amigos pasamos a ser “amigos” con besitos, abrazos a escondidas y claro con mejores besos que la primera vez.




 LaDiva



miércoles, 27 de octubre de 2010

CUENTOS Y POEMAS DEL CONCURSO


Iniciamos la presentación de cuentos y poemas que fueron premiados en el concurso "Recordando a Gabriela y Pablo", a medida que nos lleguen al correo electrónico: timur145@yahoo.com.



(Tercer lugar)

PERRA VIDA

                                                  Jenny Santa Ana Hidalgo



      El callejón se ilumina con las luces que va despidiendo el vestido de lentejuelas. Contoneo las caderas al ritmo candente de aquellas que conocemos la calle. Los tacones filudos van marcando los desacordes de mi vida perra, retumban en la noche avisando que el comercio de cuerpos se abre en la esquina. Una carterita de perlas en la mano, para llevar el lápiz labial color rojo furioso, los condones y los chicles de menta.
Hace frío, sólo un pañuelo baila distraído sobre mi cuello. Son las ganas de agarrar un buen cliente, hacer unos billetes pa’ pagar la luz lo que me amarra a ésta noche y resistir a los pacos, el hambre, el SIDA.
     

     Maraca nací, nunca imaginé ser otra cosa. Aprendí a mover el culo paseando por el campamento, andar con la boca pintada…abrir las piernas. Supe desde muy chica calentarles la sopa a los viejos verdes, esos que se juntan en la plaza y se hacen los dormidos. Apenas me crecieron las tetas comencé el negocio, una moneda por mirarlas, dos por tocarles el cierre, un billete por una mamada, sin acabar “papito” que es más caro.
     

     En esta puta vida cualquier maricón te pega o se cree tu dueño. Por eso yo la trabajo sola, a veces les bailo pilucha a los borrachines que no se la pueden pa’ un polvo; un meneo a los volaos a cambio de un pito relajante, que haga olvidar el dolor de los puñetes que me dio el cliente regalón. Él siempre paga bien pero golpea duro, después llora el muy hueón. Cuando lo consuelo y lo abrazo, me toca mientras va corriéndose una paja tímida meneando una cosa chica que da risa, debe ser por eso que me pega.


     De pronto, una silueta aparece en la noche, se ve bastante bien cuando se acerca. Le doy una arreglada al escote, ensayo el andar musical, saco un cigarro y le digo:
¿Tenís fuego? ¿Andai solito? ¿Vamonos por ahí? Aprovecha, mira que ando de oferta. Si querís vamos pa’l fondo, el callejón está oscurito… contra la muralla no más si soy gimnasta.
Finjo que me gustan sus besos, que sus manos me calientan. Con sorpresa fingida afirmo que la tiene igual a los negros, toda una anaconda. Apuro el meneo adornándolo con quejidos de profesional, así terminará luego y no me dejará el poto rasmillado con tanto azote contra los ladrillos.


     ¿Hacer el amor? Ha pasado demasiado tiempo como para recordar cuándo o con quién fue la última vez que lo hice. Antes o después todos te usan, mienten y se limpian en una. Que soy puta, sucia, basura, una plasta. Por eso, trabaje o no, siempre uso tacos aguja. Así con cada paso que doy imagino que le voy reventando las bolas a todos los hueones. Porque una perra huacha, suelta y quiltra soy, pero orgullosa señor. Orgullosa.





domingo, 24 de octubre de 2010

PREMIACIÓN












Ha terminado hace una hora la premiación del Concurso "Recordando a Gabriela y Pablo", con una ceremonia muy emotiva y alegre, en la cual deleitaron a los espectadores no solo los cuentistas y poetas, sino tambien cinco grupos de artistas: una pareja de instrumentistas, bailarines de tango, cuecas y tonadas a cargo de un dúo, una pareja de niños bailando cueca, para terminar con una banda, que debió interpretar su repertorio en el exterior, debido a la potencia de sus instrumentos.

No tengo aún los nonbres de los ganadores, pero la lista de títulos, seudónimos y lugares es el siguiente:









Categoria Cuento







Lugar Titulo Seudónimo

Nunca es tarde Amatista

Última opción Sacha

Perra vida Iguana Quiltra

Inicio La Diva

Parodia de un controlador Cony Porter

Noche de furia Airton Correa






Categoría Poesía







Lugar Titulo Seudónimo

Voces Anouna

Caminando Golondrinita de invierno

Con sal Diana

Dependencia Canguro viejo

Pausa Abracadabra

Funeral Lilit

miércoles, 20 de octubre de 2010

INVITACIÓN


El domingo 24 de octubre, a las 17 horas,  se efectuará la premiación del Concurso "Recordando a Gabriela y Pablo", en la Unidad Vecinal N° 6, sede del Centro Cultural Profesor Manuel Guerrero C.

Los invitamos a todos para celebrar junto a los ganadores.

lunes, 18 de octubre de 2010

HA LLEGADO CARTA



Asistí hace un par de días a una exposición sobre "Ciudad Justa", a cargo de un sacerdote jesuíta, rector de una universidad. Persona agradable, quien inició su intervención contando que venía "golpeado" por haber leído una carta en el breve tiempo que medió entre estacionar su vehículo y caminar hasta la universidad donde tenía lugar el encuentro. Tenía dicha carta en la mano y dijo que provenía de Punta Peuco. Continuó diciéndonos el sacerdote que él atendía a los hijos del autor de la carta.  se refirió a la calidad humana del autor, nos explicó que uno de sus hijos era autista y¡cuánto debía sufrir el padre! y luego se asombraba que una persona como él hubiera cometido un crimen. Enseguida citó un poema de Antonio Machado (lo busqué sin encontrarlo) en el cual dice cuán difícil es evitar caer cuando todos lo hacen.

¿Cuál fue el crimen del autor de la carta? Degollar, luego de torturar a tres personas, desde luego sin juicio alguno. Dos de ellos fueron secuestrados cuando dejaban a sus hijos en el colegio. ¿Tenían algo en común? Por cierto, personas de valor, altruismo e iniciativa, además de ser comunistas. ¿Era un buen preámbulo para el tema a tratar: Ciudad Justa? Aparentemente si, pues es uno de los contadísimos casos en los cuales se ha logrado identificar a los culpables.  Se hizo justicia, aún cuando el encarcelamiento es una especie de vacaciones y los asilados reclaman airadamente por regalías especiales (más aún) y perdón presidencial.

Al terminar la charla del expositor, nadie se refirió al tema mencionado al comienzo sino a protestas por la carestía de la educación universitaria. (Antes de la dictadura, la educación superior era gratuita). Y nadie se refirió al tema porque quizás habría parecido de mal gusto, aunque estuve a punto de intervenir recordando que uno de los degollados, el profesor Manuel Guerrero Ceballos vivía a unas cuadras de mi casa y tengo con el centro cultural que honra su nombre, una larga  relación. Y como en esta ciudad todos nos conocemos, durante años conservé una tarjeta navideña pintada por Santiago Nattino, un hombre siempre alegre y también recuerdo el dolor que sobrecogió a los padres de Juan Manuel Parada, María Maluenda y ese estupendo actor (y mi profesor de voz en la escuela de teatro) Roberto Parada.

La imagen que he incluido es el monumento que se alzó en recuerdo de Santiago Nattino, Manuel Guerrero y José Manuel Parada, en el mismo camino donde se los encontró degollados y con señales de torturas previas.